Ante la cuestión de si existe una posición, en la fase inicial de la partida e incluso antes de pensar en atacar, en la que un jugador pueda tener un aceptable grado de seguridad y de protección por lo que respecta a sus propios errores, conviene recordar y aceptar el criterio de Scheveningen, que consideraba que por el solo hecho de mover la primera pieza, cualquier jugador ya corre un riesgo y al mismo tiempo cuenta con una oportunidad.
A partir de esta situación, el riesgo de error y la posibilidad de acierto empezarán a desarrollarse en proporción a la habilidad del jugador, ya que este riesgo y esta posibilidad se encuentran en estado embrionario, por decirlo de alguna manera y que quede bien claro que ambos bandos se fortalecerán en la medida en que su juego esté alimentado por el error o por el acierto.Pero el hecho indiscutible es que todo jugador desearía poder situar sus piezas en la posición más segura posible,
más «a prueba de error», desde la cual evolucionar de acuerdo al plan que se ha trazado.
Para materializar esa disposición ideal de las piezas que favorezca por igual el desarrollo de la defensa y el ataque, de manera que las piezas ejerzan un férreo control sobre el centro y dominen con su influencia el mayor espacio posible,
limitando hasta la asfixia si ello es posible las posibilidades del adversario, resumiremos este concepto en cinco recomendaciones básicas:
1. Hay que situar las piezas de manera que el adversario deba invertir el mayor número posible de movimientos para atacarlas.
2. Los caballos deben colocarse en los escaques c3 y f3 cuando se juegue con las blancas, y en c6 y f6 cuando se juegue con las negras.
3. Los alfiles deben situarse en c4 y f4 en caso de jugar con las blancas, y en c5 y f5 si se juega con las negras, ya que normalmente desde estas posiciones tendrán el máximo radio de acción.
4. Es preciso enrocar lo más pronto posible para dar al rey una posición de máxima seguridad.
5. Por último, hay que procurar que las torres estén comunicadas.
A partir de esta situación, el riesgo de error y la posibilidad de acierto empezarán a desarrollarse en proporción a la habilidad del jugador, ya que este riesgo y esta posibilidad se encuentran en estado embrionario, por decirlo de alguna manera y que quede bien claro que ambos bandos se fortalecerán en la medida en que su juego esté alimentado por el error o por el acierto.Pero el hecho indiscutible es que todo jugador desearía poder situar sus piezas en la posición más segura posible,
más «a prueba de error», desde la cual evolucionar de acuerdo al plan que se ha trazado.
Para materializar esa disposición ideal de las piezas que favorezca por igual el desarrollo de la defensa y el ataque, de manera que las piezas ejerzan un férreo control sobre el centro y dominen con su influencia el mayor espacio posible,
limitando hasta la asfixia si ello es posible las posibilidades del adversario, resumiremos este concepto en cinco recomendaciones básicas:
1. Hay que situar las piezas de manera que el adversario deba invertir el mayor número posible de movimientos para atacarlas.
2. Los caballos deben colocarse en los escaques c3 y f3 cuando se juegue con las blancas, y en c6 y f6 cuando se juegue con las negras.
3. Los alfiles deben situarse en c4 y f4 en caso de jugar con las blancas, y en c5 y f5 si se juega con las negras, ya que normalmente desde estas posiciones tendrán el máximo radio de acción.
4. Es preciso enrocar lo más pronto posible para dar al rey una posición de máxima seguridad.
5. Por último, hay que procurar que las torres estén comunicadas.
2 comentarios:
Muy buenas sugerencias para quienes recién comienzan en este juego. ¨Pero, enseguida hay que aprender a diferenciar la parte dinámica de la estratégica en el ajedrez. La importancia del tiempo frente al material es clave si uno quiere llegar a jugar en niveles superiores.
Hola Street!! Cada vez me sorprende más tu página y es agradable encontrar cosas nuevas. Tenía tiempo de no visitar la página y ahora veo lo desactualizado que estoy. Felicitaciones en este aniversario.
Publicar un comentario